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    5 claves para mejorar la administración de tu negocio

    En tiempos turbulentos la administración de cualquier negocio se torna más desafiante. Asumir riesgos donde se involucra el capital propio es algo para pocos. Los que lo realizan suelen fallar en sus primeros intentos para luego triunfar, al menos eso es lo habitual; así que aquí dejo 5 consejos para mejorar la administración de tu negocio:

    1. Agregar valor

    Pero “agregar valor” en el contexto de esta columna no es “producir más” sino las acciones que te pueden guiar a producir más.

    Hablamos de la generación de una marca, como un activo intangible, de manera que la empresa pueda ofrecer algo más que un bien o servicio concreto, sino una experiencia de consumo que pueda fidelizar a los consumidores. Los trabajos de marca que realizan las grandes empresas también pueden (y deben) ser aplicados también por las PyMEs.

    Por supuesto que es un activo que no se genera de la noche a la mañana, lleva tiempo formar la reputación con los clientes y generar los conocimientos de marketing a través de la práctica de años en el mercado. Esto nos indica que no necesariamente se consigue a través de mayor inversión monetaria (en diseño de logo, marca, trabajo en redes sociales con community manager, etc), aunque ésta sea importante en la generación de marca, la confianza y fidelización del consumidor no son activos que una marca pueda comprar.

    A veces una pequeña diferencia genera un gran valor. Por decir un ejemplo, tener un buen trato o servicio de atención al cliente. Pequeños detalles que generan grandes cambios.

    2. Buscar optimizar el capital de trabajo

    Actualmente estamos viviendo una situación donde el fondeo es costoso al mismo tiempo que es rentable tener excedentes de cajas. En situaciones normales la administración del capital de trabajo no hace la diferencia. Pero actualmente es conveniente revisar los listados de pagos a proveedores y las condiciones de cobranza.

    El consejo no es simplemente ‘estirar los plazos de pagos’, sino por el contrario tener un ciclo de vida del negocio que lo haga sostenible en el tiempo desde el punto de vista financiero. Esto quiere decir que los intereses o la falta de liquidez no termine destruyendo el valor que creamos.

    3. Tener capacidad de respuesta (flexibilidad)

    En un mundo que cada vez funciona a mayor velocidad el tiempo lo es todo. Tener capacidad de respuesta es clave y cuando hablamos de ello nos referimos a la flexibilidad en el sentido amplio.

    Capacidad de respuesta al cliente para lograr su fidelización es clave. Al mismo tiempo, flexibilidad no sólo en la respuesta, sino en lo que uno realiza en su negocio tiene que ser con más capacidad de adaptación.

    No cierre puertas a explorar nuevos negocios, quizás el complemento que da valor agregado a nuestro negocio es algo que no se nos cruzó en la cabeza cuando establecimos nuestro plan de negocio. Justamente, será el que tome más riesgos el que terminará ganando. Esto no significa cambiar el foco del negocio necesariamente, pero sí estar informado siempre acerca de lo que sucede en el mercado y en tener una respuesta rápida ante un escenario adverso y a las amenazas latentes.

    Piense en escenarios posibles, adelántese a lo que pueda suceder sin miedo. Muchas de estas apuestas a veces no requieren inversión en dinero. Simplemente alejarse de la coyuntura, tener una visión estructural de lo que le sucede a la economía, el sector donde se desenvuelve y luego el negocio propio.

    4. Diversificar riesgos

    Es una tarea que pocos realizan y es una de las consecuencias que traen dolores de cabeza cuando la economía no favorece. Diversificar riesgos no significa tener un negocio que abarque a todos los mercados, sino pensar en estrategias de tener unidades o líneas de negocios que no correlacionen directamente en forma positiva con el núcleo de mis actividades.

    Para el riesgo a tomar siempre hay que tener en cuenta la capacidad de tomar riesgos y la tolerancia al mismo. Lo primero es objetivo, uno no puede arriesgar un capital que no tiene, lo segundo es subjetivo, cada cual sabe los umbrales en los cuales se siente cómodo.

    Entre estas dos dimensiones piense donde se ubica usted y no se recrimine nada al respecto, pero sea consciente de sus decisiones y sus capacidades. Esto lo llevará a tener una mejor valoración y evaluación de los resultados obtenidos.

    5. Utilizar herramientas de comunicación (rápidas y efectivas)

    Con presencia en internet no alcanza. No basta con tener una cuenta en Facebook e Instagram que opera de manera “reactiva” (respondiendo dudas y consultas en el mejor de los casos, quejas e insultos en el peor). Para encarar el siglo XXI con éxito, las empresas deben tener una estrategia integral de redes.

    La estrategia de redes debe operar de manera “activa”, utilizando las redes sociales bajo una lógica mancomunada entre la gerencia de la empresa y el community manager encargado de las redes sociales. La lógica “activa” en redes sociales implica no sólo reaccionar a los comentarios de los usuarios, además la generación de marca y un estilo marcado que pueda fidelizar y captar nuevos clientes.

    Agradecimiento Especial a Matías Tombolini. Redactor , Licenciado en Economía con maestría en Relaciones Económicas Internacionales, codiplomada en FLACSO y la Univ de Barcelona y posgrado en Historia del Pensamiento Económico. Titular de cátedra en Economía en el CBC de la UBA y profesor adjunto de Macroeconomía y Política Económica Titular del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires

    Artículo escrito por:

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