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    Desafíos del 2019, otro año intenso

     

    Desafíos del 2019, otro año intenso

     

     
     
     

    Agradecimiento Especial a  Matías Tombolini . Redactor , Licenciado en Economía con maestría en Relaciones Económicas Internacionales, codiplomada en FLACSO y la Univ de Barcelona y posgrado en Historia del Pensamiento Económico. Titular de cátedra en Economía en el CBC de la UBA y profesor adjunto de Macroeconomía y Política Económica Titular del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires

    Realizar pronósticos en economía (o en cualquier disciplina social) suele representar una tarea complicada sobre todo cuando hablamos de empresas. El desenvolvimiento de la economía de cualquier país es el resultado de la interacción de millones de participantes (productores y consumidores en un marco legal e instituciones reguladas por el Estado), tanto locales como extranjeros, en donde intervienen múltiples fuerzas exógenas o imposibles de controlar.

    ¿Qué nos dejó el 2018?

    El año que está cerrando es prueba de ello, si consideramos a la sequía y a la reversión de capitales internacionales por mayor incertidumbre global como eventos externos que quebraron las pronósticos de los agentes económicos locales.

    De acuerdo al Relevamiento de Expectativas (REM) realizado por el Banco Central en abril, las consultoras encuestadas dieron en promedio un crecimiento económico de 2,5% e inflación de 21,9% para 2018; pero aproximándonos a fin de año, las estimaciones para 2018 están cerrando en una recesión en torno al -2.5% e inflación cercana al 50%.

    Sin embargo, a pesar de la incertidumbre fundamental que subyace en todo proceso económico, podemos hablar con bastante certeza acerca de los planes no condicionales de uno de los principales agentes económicos, el sector público. Debido al sudden stop en la afluencia de capitales hacia la Argentina, el Gobierno de de turno tuvo que recurrir al FMI para financiarse (acuerdo que fue ampliado pocos meses después).

    Pero los préstamos del FMI vienen con condiciones, recetas ortodoxas que impone el organismo acreedor para tratar de asegurar el repago.Y esta vez, los condicionamientos del FMI se reflejan en metas fiscales más duras.

    ¿Qué consecuencias puede traer esto para el 2019?

    El ministro Dujovne tuvo que acelerar la velocidad de ajuste, adelantando para 2019 el equilibrio fiscal primario que tenía previsto para 2020.

     Esta consolidación fiscal vendrá de la mano de menores erogaciones (caída nominal de los subsidios económicos, gastos de capital y transferencia a provincias) y mayores impuestos.

    En 2019, de hecho, la presión tributaria aumentará 1 punto porcentual de PBI respecto de 2018, alcanzando un valor de 26,2%, el máximo en los cuatro años de Cambiemos. Tendrán particular relevancia en la planificación tributaria los derechos de exportación adicionales entre otros tributos.

    Entonces, ¿qué hacer en nuestras empresas/clientes?

    Sobre este punto creemos que las empresas que tengan capacidad de respuesta rápida tendrán una ventaja competitiva. El equilibrio fiscal se logrará con muchas modificaciones impositivas, incluso en direcciones contrarias. El aumento de bienes personales por ejemplo por un lado favorece la recaudación, pero también una reducción en las alícuotas de ganancias y la baja gradual de impuestos provinciales como ingresos brutos tienen impacto en la operación diaria.

    Al mismo tiempo, la gestión del capital de trabajo en años con inflación que se acelera y luego quizás converge es un elemento a tener en cuenta por cualquier tesorero, más aún cuando eso implica incrementar o disminuir las posiciones de débito o crédito fiscal.

    En este marco de creciente carga tributaria en el que las PyMEs tienen que pagar un impuesto por día hábil es necesario tratar de simplificar las operaciones para no perder tiempo de gestión.

    Para esto, Colppy ayuda a que la PyME o el contador que tenga la tarea automatice procesos y pueda ver rápidamente cómo está el negocio, sus número, pueda tomar decisiones optimizando el tiempo, y evitando pagos impositivos adicionales ahorrando dinero y un desgaste traumático.

    2019 es un año que invita a las empresas y a empleados a pensar cómo transformarse para sobrevivir a una nueva coyuntura.

    Más allá si es más dura o no, una coyuntura que sabemos que cuenta con un tipo de cambio real más depreciado, con una fuerte apuesta a las exportaciones y una carga tributaria que aumenta pero se complejiza tanto en lo técnico como para lo operativo.

     
     

     

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