¿Monotributo o SAS? Claves para saber qué te conviene si vas a emprender
El monotributo es el régimen más común entre los que recién empiezan un proyecto. Pero las SAS ofrecen más seguridad y beneficios para crecer en actividad y facturación. Te contamos de qué se trata este tipo de sociedades simplificadas y por qué fue elegido por una de cada tres nuevas sociedades en la Ciudad.
Rápido, simple, flexible y digital: con esas ventajas, el nuevo tipo de sociedad por Acciones Simplificada (SAS) aparece como una buena opción; que trae muchas oportunidades para quienes ya tienen una idea de negocio y quieren emprender en un nuevo proyecto. Favorita entre las nuevas startups y las pymes unipersonales, la SAS se destaca por los beneficios que ofrece y ya se impone como una buena opción frente al monotributo; el régimen en el que se inician muchos emprendedores. Conocé por qué elegirla y cómo simplifica las trabas administrativas y contables.
Qué son las SAS y sus virtudes frente a otras sociedades
Las sociedades por Acciones Simplificadas son un tipo societario creado en 2017 por la Ley de Apoyo al Capital Emprendedor. Su principal objetivo es acercar al emprendedor y a la nueva pyme a la economía formal. Permite constituir una sociedad de manera rápida y simple y a menor costo: ofrece un estatuto modelo para resolver la inscripción en 24 horas desde la presentación de la documentación en el Registro Público y cuesta menos que otras figuras jurídicas tradicionales como las Sociedades Anónimas (SA) y las Sociedades de Responsabilidad Limitada (SRL). En ese proceso de inscripción también resuelve la obtención de la nueva CUIT, que se genera de manera automática, y permite estar en condiciones de facturar de forma inmediata.
”Colppy es un sistema online de gestión administrativa que ayuda a las empresas a simplificar su operatoria.”
La respuesta en los distritos habilitados
Desde que fue creada, la figura de la SAS viene ganando terreno frente a otras sociedades y al monotributo. Según datos de la Asociación de Emprendedores de la Argentina (ASEA), desde donde vienen evaluando las respuestas a este nuevo marco, solo en su primer año de implementación ya logró generar un impacto en la regularización de nuevas empresas.
Las cifras oficiales lo avalan: en abril de este año el Ministerio de Producción y Trabajo reflejó ese impacto con un informe que precisó que a partir de la ley 27.349 de 2017 para esa fecha ya se habían creado más de 11.800 Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS). Esta semana la estadística oficial elevó esa cantidad a casi 13.500 SAS en los cinco distritos que ya avanzaron en su implementación: en la ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes y Tierra del Fuego ya se pueden tramitar totalmente online.
En CABA las estadísticas son elocuentes: en este distrito, los últimos conteos oficiales precisan que más del 30% de las empresas que se crean son del tipo SAS. La idea ahora es sumar también a Santa Fe, Mendoza, Salta y Jujuy. Los bancos acompañan: varios de los primeros nombres (como Ciudad, Provincia, Santander Río, Galicia y Supervielle, entre otros) ya ofrecen promociones y paquetes especiales para captar a los clientes con cuentas SAS.
Por qué se impone como alternativa al monotributo
La SAS tiene dos beneficios importantes que la destacan como opción: por un lado puede ser unipersonal y no requiere un número máximo de integrantes. Esto quiere decir que el titular no necesita un socio para constituirla. Y por el otro permite crear una sociedad con un capital mínimo de dos salarios mínimos vitales y móviles, un monto accesible para llevarlo a cabo.
Son dos puntos valiosos frente a la opción del monotributo, porque la SAS también limita la responsabilidad al capital suscripto a la sociedad; a diferencia de lo que ocurre en el régimen para monotributistas o en el que comprende a responsables inscriptos donde los riesgos son respaldados con el patrimonio personal. Esta diferencia a favor de las SAS no solo acota los riesgos, también permite organizar el patrimonio de la nueva empresa de manera más eficiente.
En contrapartida, el monotributo aparece como una opción accesible para quienes comienzan un emprendimiento independiente y personal; pero a medida que ese emprendimiento crece aparecen también algunas dificultades: no solo no limita la responsabilidad del capital, tampoco permite sumar socios con derechos sobre el emprendimiento, afecta la competitividad frente a responsables inscriptos y sociedades y limita la facturación por el tope en sus escalas máximas (detalle en el que los contadores ponen el ojo con atención y al que recomiendan estar muy atentos para evitar cambios abruptos de sistema impuestos por la AFIP).
El caso del emprendedor
Vicente Lourenzo, consultor pyme y speaker en diferentes workshops sobre SAS organizados por Colppy, destacó esa diferencia entre estas nuevas sociedades y otros marcos legales.
“Cuando el emprendedor recién comienza tiene un volumen muy bajo de actividad, en ese caso el monotributo es la figura ideal; porque con un solo pago mensual no hace falta cumplir ningún tipo de requisito legal. Lo único que tiene que hacer es facturar electrónicamente. Pero cuando va creciendo en actividad y facturación, empieza a tener los riesgos propios de un negocio que se está desarrollando; y ante una contingencia será el responsable con todo su patrimonio”, explicó, y agregó: “Para evitar que eso ocurra, el emprendedor debe analizar los riesgos eventuales a los que está expuesto y evaluar la opción de pasarse al ‘paraguas’ que da una sociedad; donde se limita la responsabilidad al patrimonio de la SAS y no al patrimonio personal. Si bien la SAS es más cara que el monotributo permite estar tranquilo fundamentalmente ante posibles contingencias futuras”.
DATO: De acuerdo a los beneficios detallados en la reglamentación, un emprendedor debe optar por una SAS si está comenzando una empresa que tienen más de dos socios, si es monotributista y el emprendimiento creció y si su actividad contempla ser proveedor de otras empresas más grandes.
¿Qué costos implica una SAS?
Hoy, a días de una nueva recategorización, el cuadro de valores para monotributistas parte de los $1.294,12 y llega a $9.738,22 mensuales, según la categoría. Las SAS tienen un costo mayor que ese régimen (el trámite inicial parte de un valor de $6.250 para gastos de inscripción y publicación en el Boletín Oficial más otros gastos) pero aún así es más económica que otras figuras jurídicas. Sí hay que prever que además implica cumplir con obligaciones legales y fiscales y que, si bien pueden autogestionarse, es recomendable contar con el asesoramiento de un contador para conocer y establecer objetivos, acciones y obligaciones.
Además de las ventajas en la constitución, este tipo societario también tiene ventajas en su funcionamiento: no paga tasa anual ni debe presentar balances a la IGJ y puede acceder a los beneficios de la Ley Pyme (en caso de que esté inscripta como tal).
SAS vs. Monotributo: más ventajas en lo comercial
A diferencia del monotributo, la SAS no tiene límites ni montos máximos de facturación. Además permite tener un objeto societario amplio, lo que habilita a tener varias actividades que no necesitan estar directamente relacionadas. También formaliza las operaciones, transmite mayor confianza y estructura frente a clientes y potenciales y facilita el trabajo con grandes empresas que no aceptan monotributistas.
Dato: en su primer año, el 41% de las SAS constituidas fueron unipersonales (antes otras sociedades no lo permitían).
La solución de Colppy
La ventaja digital -la contabilidad y la gestión interna se resuelve con medios 100% digitales- también destaca a las SAS frente a otras opciones: permite registrar el estatuto con una firma digital y también avala llevar los registros societarios y contables online y en pocos pasos, un cambio que simplifica el trabajo de los contadores y también de quienes llevan la administración diaria en la nueva empresa.
En este punto, Colppy ofrece una gran solución para los libros societarios y contables exigidos para la SAS. El sistema de Colppy permite llevar un único libro contable online en el que las empresas y su contador tienen acceso a la misma información, al mismo sistema y al mismo tiempo; donde se resuelve todo de manera digital. De esta manera el sistema reemplaza a los libros pesados que debían estar foliados y rubricados y permite ahorrar costos de tiempos y administrativos. Al abrir una SAS Colppy, permite:
- Cumplir con los requisitos del sistema
- Evita complicaciones con los archivos PDF.
- Facilita la tarea de los contadores con herramientas digitales y fáciles de implementar.
“Desde Colppy buscamos transmitir que agregar valor al asesoramiento que se le puede dar al cliente es clave para dar un mejor servicio. Por eso apostamos a la capacitación y acompañamos a nuestros usuarios en el aprendizaje de nuevas herramientas; que son más sencillas, menos costosas y necesitan poca inversión inicial. Es una herramienta más para asesorar mejor al cliente en su negocio y ayudarlo a potenciar su proyecto”, concluyó Juan Pablo Avalos, contador y customer experience de Colppy.
Por Romina Smith. Periodista.
Soy contador ¿Cómo puedo usar Colppy?
La mayoría de nuestros contadores utilizan Colppy en el estudio y, además, tienen cada vez más clientes que lo usan en sus empresas.