Aumentar tu ganancias: ¿Cómo reducir tus gastos? ¿Cómo ganar más?
En este artículo veremos cómo aumentar tus ganancias reduciendo tus costos y gastos
El secreto para aumentar las ganancias en tu empresa
Más ingresos y menos costos es la fórmula para mantener la buena salud de la empresa, en el aspecto económico financiero.
Sin embargo, con la mirada puesta en vender y facturar, muchas veces se desatiende el lado de los gastos.
Se suele prestar atención a los costos recién cuando disminuyen las ventas o cuando hay problemas para el pago.
Pero no es bueno esperar a que los costos y gastos sean un problema. Una buena administración tiene que saber cuánto y en qué se gasta.
Conocer y registrar
Solo se conoce lo que se mide y para ello hay que tener registro de todos los gastos que se realizan.
En las finanzas personales, tomar nota de lo que se gasta es el primer paso para repensar nuestra economía.
En la empresa, registrar todas los gastos, egresos y compras es no solo necesario sino obligatorio. Junto con las ventas, esa información es la fuente de las liquidaciones de impuestos y la base del balance contable. De ahí la importancia de conocer bien el proceso de venta.
Pero principalmente esta información es la base para conocer dónde estamos.
Un sistema contable permite obtener todos estos datos, con la apertura en los conceptos y las áreas que le definamos. Así podremos analizar cuánto gastamos y en qué y con qué proveedores.
También es posible ajustar esa información por inflación a fin de analizar las variaciones en moneda homogénea para basarnos en datos comparables.
Lo barato sale caro
Esta máxima se puede aplicar de manera general: contratar por precio en lugar de considerar la calidad del servicio nos puede costar, más temprano que tarde, mucho más caro.
Esto se aplica a contratación de honorarios y servicios y también a la compra de bienes y en los gastos de mantenimiento.
Una buena opción es analizar qué ofrece la competencia de nuestros proveedores. Se puede probar su cumplimiento con pequeñas compras y, en la medida en que los vayamos conociendo, incrementaremos la posibilidad de comparar precio y calidad, y elegir la mejor opción.
Cuidar a los colaboradores valiosos
Es verdad que no hay personas imprescindibles. Pero no es menos cierto que perder empleados o colaboradores valiosos implica un costo importante.
Hay un valor intangible en el conocimiento de las distintas aristas de una empresa que tienen las personas que trabajan con nosotros.
Muchas veces el mayor valor está en todos aquellos problemas ahorrados con su diligencia y atención.
Tener presente este punto es importante al momento de negociar aumentos de sueldos u honorarios. El aumento no hay que compararlo con lo que veníamos pagando sino con el ahorro que implica no tener que lidiar con nuevas contrataciones, tiempos de aprendizaje y los costos de los temas que vayan surgiendo y que hasta ese momento ni sabíamos que teníamos porque estaban resueltos.
Redefinir tareas
Contratar a un empleado es comprar su tiempo. Por eso es necesario que revisemos si ese tiempo se está utilizando de la mejor manera.
A veces hay tareas que se siguen realizando por costumbre o porque “siempre lo hicimos así” pero que ya no resultan necesarias. O que podrían hacerse de manera más eficiente. Por ejemplo, incorporando un software que actualice determinados parámetros de manera automática. O eliminando directamente tareas innecesarias.
De acuerdo a los roles y conocimiento de cada uno de los miembros del equipo podemos proponerles capacitaciones específicas, para que puedan realizar mejor su función, mejoren su rendimiento y se sientan valorados.
En qué gastamos
Muchas veces no nos detenemos a pensar si vale la pena o no hacer determinado gasto, sobre todo cuando hace tiempo lo venimos haciendo.
Pero puede sorprendernos cuando analizamos los gastos en detalle.
Muchas veces contratamos servicios que, en realidad, no fueron los adecuados para nuestras necesidades.
Lo ideal es contratar solo aquello que utilizamos y tener la posibilidad de contratar mayores prestaciones en la medida en que vayamos creciendo.
En otros casos, podemos darnos cuenta de que pagamos servicios que no utilizamos, como suscripciones, líneas telefónicas, tarjetas o cuentas bancarias.
Gastos bancarios y financieros
En otros casos, la forma de pago de nuestros clientes puede generar costos. Depositar cheques de otras plazas suele generar el cobro de comisiones y sus impuestos asociados.
Si se cobra por las plataformas de cobros virtuales habrá que tener en cuenta las comisiones que se descuentan por el servicio.
Por su parte, hay que tener presente qué costo tiene pagar fuera de término determinadas facturas o servicios. Y analizar si, en otros casos, conviene adelantar los pagos para obtener un descuento.
El análisis de los costos financieros es uno de los puntos más difíciles de analizar pero es donde suelen encontrarse mayores gastos evitables.
¿Necesitamos esto?
Alquilar y mantener un inmueble suele ser uno de los costos más onerosos, especialmente para empresas de servicios.
En tiempos de home office es momento de pensar si es necesario seguir alquilando la misma oficina o si nos alcanzaría con un espacio más reducido o con menor cantidad de puestos de trabajo disponibles.
En otros casos, es posible analizar si podemos compartir la oficina con otra empresa o profesional y repartir gastos.
Tercerizar servicios
Para muchas tareas, contratar servicios externos en lugar de tener personal en relación de dependencia puede resultar un ahorro importante de costos.
Esto resulta especialmente aplicable para temas específicos donde se necesita contratar un conocimiento especializado pero, por la envergadura de la empresa, tampoco se justifica contar con un profesional interno. Contratar servicios externos de informática, de contabilidad, de liquidación de impuestos, comercio exterior o logística nos permitirá cubrir las necesidades y ahorrar dinero.
Esta modalidad permite cambiar costos fijos por variables lo que, en tiempos dinámicos siempre es una ventaja competitiva.
Con el cliente no
Cuando analizamos reducir costos es importante considerar que no es una variable disminuir la calidad o el servicio al cliente.
Los recursos siempre son limitados. Tener en claro en qué gastamos nos permitirá repensar cómo podemos hacer un mejor uso de nuestro patrimonio.
Hacer este análisis periódicamente nos permitirá mejorar nuestra ecuación costo – beneficio y redundará en la salud económica y financiera de la empresa.
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